Emilio siempre intentó publicar su libro de SONETOS y eso es lo que hay: un libro ya impreso con un buen manojo de versos. Los versos de Emilio Ortega son agradecimientos, corazón y nostalgias y al mismo tiempo necesidad de convertir la letra en música y la música en letra. Los versos de Ortega son para amigo y para descarga emocional, los versos de Emilio son recuerdos de juventud, amor hacia los compañeros de una época vivida a tope y donde entran todas las ideas y cambio de las veredas que conducen a sabe dios donde pero nunca parando la de búsqueda de la vida de aquellos que coincidimos en nuestra niñez. Cada cual después encontramos la vida como pudimos, algunos permanecemos vivos,otros se fueron hacia la mentirosa eternidad, pero los versos de Emilio Ortega en su libro
VERSO DIVERSOS siguen y seguirán dignos de ser leídos. Como muestra valga este primer soneto
Dedicado a la campana que, mediante toques diferenciados, organizaba la
vida colegial.
LA
CAMPANA
A Ramón Retamero
A las ocho menos cuarto, te temía.
A las nueve, somnoliento te rezaba.
A las diez, en mi latín te maldecía.
A las dos, con ansiedad te devoraba.
A las tres, en el silencio te sumía.
A las cuatro de la tarde, te
esperaba.
Y a las cinco, si era sábado, te
amaba.
A las seis del mes de Mayo, te
quería.
En el coro de la iglesia, te cantaba.
A las siete, más o menos, te veía.
A las ocho, en primavera, te tocaba.
A las nueve de la noche, te comía.
A las once casi en punto, te acunaba.
Y a las doce, recordando, te seguía